Fue cayendo gente a la gomería; un camionero, el dueño de la gomería y ya estaba su empleado, el que me reventó la goma. Los tres amigos de Ameghino. Además aparece un camión para arreglar que venia con custodias. Y ahí nomás se armo, me pase toda la tarde aprendiendo del mundo rutero. Cagandome de risa y compartiendo lo que todos teníamos en común, nuestra argentinidad, nuestras ganas de estar mejor, la cultura del esfuerzo. El amor por la vida, por los buenos ratos. Entre cosa y cosa se hicieron como las 18 hs.

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