Las vías de tren están ahí, firmes a pesar del paso del tiempo y el descuido; sus canaletas, sus señales, sus puentes, todo sigue en pie, como a la espera de volver a ser. Esos rieles fueron construidos para que duren para siempre y, salvo que alguien se empecine en destruirlos, seguirán ahí a la espera de la reconstrucción nacional.

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